hablábamos de la revolución
hablábamos y hablábamos
y bláblamos, y blablam y bla bla bla bla
tendidas en la arena
tendidas en las rocas
desnudas
y a lo más que alcanzábamos
era a cambiarnos los nombres
cambiar el nombre de nuestras sexualidades
cambiar el nombre de nuestras gorduras
cambiar el nombre de nuestras esclavitudes
cambiar el nombre de nuestras vidas jodidas
cambiarle el nombre al miedo
cambiarle el nombre al paro
y llamarlo vacaciones
cambiarle el nombre al desamor
y llamarlo libertad
cambiarle el nombre a la genuidad
y llamarla mediocridad
o todas mediocres
o todas genias, estrellas, únicas
hablábamos de lo pasado
cambiándole el nombre
y llamándolo presente
como para fijar un horizonte
en lo que ya no es ni un rastro
hablábamos de ideas
cambiándoles el nombre
y llamándolas imposibles
como si no supiéramos que todo es cuestión de fe
esa fe en la que nadie nos ha instruido
hablábamos y hablábamos
y bláblamos y blablam y bla bla bla bla
y se terminaban las copas
y se vaciaba a plaza
y tu camino
y mi camino
y el camino de todas
siempre por hacer
y bla bla bla bla