la absoluta certeza de tu propia muerte
en cualquier esquina
pensar que de algún modo
como escribió aquél
de algun modo ya estas muerto

pero ahora
tu brazo sobre mi pecho
tu respiración dormida contra mi oreja
el calor de tu muslo bajo mi muslo
las piernas entrecruzadas
nuestros cuerpos anudados
y mi miedo a morir llamando a la puerta
para hacerse un hueco entre nosotros y la noche
un hueco que no le corresponde
pero
tan listo és
el miedo
sabe substituir a nuestros besos
sabe ocupar el tiempo de las caricias
si no nos las damos
porque te duermes
navegando en tu borrachera de humo

y lloro
y no te das cuenta
o lo obvias
que es todavía quitarle más centímetros
al camino que me separa del mármol

he llegado caprichosa
y vendida al deseo

no estoy lista para dormir